"Un club muy exclusivo",
dedicado a mis amigas de lucha, mamas especiales.
dedicado a mis amigas de lucha, mamas especiales.
A muchos de ustedes ni siquiera las he visto de frente, pero las he buscado todos los días. Las he buscado en Internet, en los parques y los supermercados. Me he vuelto una experta en identificarlas.
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Ustedes sueles estar exhaustas, son mas fuertes de lo que hubieran deseado ser, sus palabras destilan experiencia, experiencia que han ganado con su mente y corazón. Son compasivas mas allí de las expectativas de este mundo. Ustedes son mis?, hermanas?, si, tu y yo, amiga mía, somos hermanas en este club, un club muy exclusivo. Somos muy especiales.
Como otro tipo de club muy exclusivo, fuimos escogidas para ser miembros. Algunas fuimos invitadas a unirnos inmediatamente, algunas después de meses, incluso años. Algunas incluso tratamos de rechazar la membresía, pero no fue posible.
Fuimos iniciadas en el consultorio de algún neurólogo, en la unidad de cuidados intensivos para recién nacidos, en alguna sala de emergencia, durante algún ultrasonido. Fuimos iniciadas después de una sombría llamada telefónica, consultas, evaluaciones, pruebas de sangre, resonancias ó alguna cirugía.
Todas nosotras tenemos algo en común, alguna vez estuvimos bien. Estábamos embarazadas, tuvimos un bebé amamantamos un recién nacido, jugábamos con un pequeñito de 2 ó 3 años. Si, por un momento todo estuvo bien. Después, así haya pasado en un instante, como suele suceder, o bien después de un proceso de semana o meses nuestra vida entera cambio.
Estamos unidas, somos hermanas, sin importar la diversidad de la discapacidad de nuestros hijos. Algunos de nuestros hijos necesitaron quimioterapia, algunos respiradores artificiales. Algunos no pueden hablar, algunos no pueden caminar. Algunos viven en su propio mundo.
Nosotras no discriminamos a otras mamás de niños cuyas necesidades no sean tan ?especiales? como la de nuestros hijos. Tenemos respeto mutuo y simpatía por todas las mujeres que caminan con nuestros zapatos.
Nosotros somos conocedoras. Nos hemos educado por nosotras mismas con todo el material que hemos encontrado sabemos quién es?, el especialista? en el campo. Conocemos a los?, neurólogos?, los hospitales?, las drogas maravillosas?, los tratamientos?. Conocemos las pruebas que se deben realizar, sabemos de enfermedades?, degenerativas y progresivas? y detenemos el aliento cuando nuestros hijos son analizados para descartarlas. Sin una educación formal nos hemos certificado en neurología, psiquiatría y psicología.
Hemos aprendido a lidiar con el resto del mundo, aunque este sea a veces caminar alejándose de él. Hemos tolerado desprecios en los supermercados durante los ?berrinches interminables?, hemos apretado los dientes, cuando la persona atrás de nosotros, recomienda más disciplina para corregir el problema. Hemos tolerado sugerencias huecas y remedios caseros de extraños bien intencionados. Hemos aprendido que muchas de nuestras mejores amigas no pueden entender nuestro club, y que muchas veces ni siquiera quieren intentarlo.
Tenemos muchas copias de?, como escogiá Dios a las madres especiales?, ?La madre especial? y las tenemos a un lado de la cama para leerlas en momentos difíciles. Nos hemos despertado cada día desde que esta jornada empezó, preguntándonos como hecho para llegar hasta ací y nos acostamos sin saber como lo logramos otra vez. Pero nosotras hermanas mantenemos la fe siempre nunca dejamos de creer. Nuestro amor por nuestros hijos y nuestra fe en todo lo que alcanzaron, no tiene límites. Los soñamos metiendo goles y carreras, los visualizamos corriendo en maratones, los soñamos plantando flores en nuestro jardín, cabalgando un caballo, podemos ver sus dedos desplazarse sobre el piano en un concierto. Nosotros nunca nunca dejamos de creer en todo lo que ellos pueden alcanzar en este mundo.
Pero, mientras tanto, mis hermanas, la cosa más importante que hacemos, es tomar fuertemente sus manitas y junto a las nuestras, mamas e hijos unidos, alcanzar las estrellas.
Gracias a todas por su amistad!!!
No se que haría sin ustedes. No es una frase hecha, yo lo siento así. Doy gracias cada día por tenerlas como parte de mi vida.
Este texto me lo envió una mamá a quién conocí hace muy poquito y que me contactó a través del blog de Valen.
Espero que les haya gustado tanto como a mi, que al leerlo se me llenaron los ojos de lágrimas recordando a cada una de ustedes y a la lucha que compartimos.
Buena semana!!!!!